Ángel López

¡Hola! Me llamo Ángel López y estoy en mi segundo año de Arquitectura en la Universidad de Syracuse. Nací y me crié en Madrid, España, pero ahora vivo en Syracuse, NY. Decidí tomar esta clase porque noté una desconexion entre la comunidad universitaria y la comunidad general de la ciudad de Syracuse y quería fromar parte del grupo de personas que promovía esa conexión. Además viniendo de España quería establecer una relación con la comunidad hispana más necesitada de la zona y poder ayudar a su generación más joven a conocer sus orígenes y practicar su cultura. Espero que les guste el trabajo que he hecho durante el semester en la clase SPA 436 “Community Outreach”. Aquí pueden ver mi presentación final donde encontrarán mi resumen de voluntariado en el colegio de primaria Seymour Dual Language Academy. Muchas gracias por visitar mi página!

 

A continuación les comparto una parte de mi primer blog para que puedan vivir  mi primer día de voluntario en Seymour.

 

“7:30 de la mañana. Me levanto ansioso para comenzar mi primer día en el colegio de primaria Seymour como voluntario y ayudante del Sr. Ortiz. El transporte todavia no lo tenía asegurado pero conseguí que un buen amigo me llevase en su coche. Como para cualquier primer dia de un trabajo, estaba nervioso. Bastante nervioso la verdad. En el desayuno en Ernie miraba hacia la calle mientras estaba sentado comiendo mi bagel con cream cheese que con tanto cariño habia preparado yo mismo. Pensaba en lo que iban a decir los niños cuando llegase. Y si no les gustaba. Y si esto no era para mi. La verdad es que he trabajado con niños de la misma edad antes, pero nunca en los Estado Unidos, y quien sabe, podrían comportarse de manera muy distinta a lo que yo estaba acostumbrado. Al terminarme el cafe mañanero al que le había puesto el triple de ración de azucar para poder empezar el día con entusiasmo y energía, salí de Ernie Davis Dinning hall con la mirada alta, confiado y listo para tener una experiencia increible. En el coche llendo hacia Seymour comenzaron otra vez las inseguridades. No me podía creer que continuaba nervioso tras la preparación mental en el desayuno. El trayecto se me hizo muchísimo mas corto que cuando fuimos con la profesora. Yo creo que igual fue porque no nos dimos tres vueltas a la ciudad de Syracuse antes de encontrar el sitio.JAJA. Al llegar me despido de mi amigo suplicándole que me viniese a recoger ya que no tenía otra forma de volver que no fuera andando o probar suerte con este sistema de bus misterioso que viene cuando le da la gana, llamado connective corridor. Entro en el colegio y hay miles de niños con sus padres corriendo para llegar a clase a tiempo. Parecía eso una típica pelícuala americana de colegio o un episodio de Disney Channel. Al final me orienté y encontré la oficina principal y pregunté por el Sr. Ortiz. Me hicieron registrarme para el día en un cuaderno de voluntario. Después de mi firma comenzó a sonar una musiquilla en mi cabeza como si me fuera a ir al espacio. El ambiente estaba intenso por que estaba apunto de entrar en la clase. Veía mi objetivo al final del pasillo y paso a paso la música en mi cabeza aumentaba en volumen y se hacía mas intensa. Llegué a la puerta. La música paró. Respiré profundo y entré en la clase. Todo los niños me miraban fijamente a los ojos, como ciervos cuando les alumbran los focos de un coche. Había un silencio peculiar. Parece que nadie sabía lo que decir. Ni el prefesor, que aunque habíamos hablado de que vendría, parecia un poco confuso al yo entrar en la clase. Segundos después, ese efecto de cámara lenta, que surgió durante mi entrada, paró. Los niños empezaron a hablar entre ellos y el Sr. Ortiz se dirigió a mi. Cogió la atencion de todos los estudiantes y me presentó a toda la clase. Desde ese punto ya me sentía como uno mas. Todas mis preocupaciones se terminaron porque ya estaba dentro de la clase prestando atención a lo que decía el Sr. Ortiz como un alumno más. Actividad tras actividad me involucraba más y más en la clase y comencé a conocer a los estudiantes. Entre ayudándoles con las sumas y restas y enseñándoles como escribir una palabra de forma correcta, me sentí como un voluntario auténtico. Me llenaba de alegría ver las sonrisas de los niños y la energía que transmitían. El día se me hizo cortísimo. Al despedirme, todos los niños me preguntaban cuando iba a volver. Una palabra para describirlo todo. Increible. Que ganas tengo de volver el próximo Lunes.”

Final Presentation

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